domingo, 2 de enero de 2011

Noche

Una pareja entra a un hotel por horas. La llovizna borra las huellas de la tarde. Bajan las últimas persianas. Se encienden los faroles. La gente satisfecha abandona la calle. La noche queda en poder de las ratas, los gatos, la policia, los travestis, los vagabundos y yo, buscando a alguien que borre tu recuerdo. (José Sbarra)

viernes, 15 de enero de 2010

Garbage

A veces te imagino y siento alcanzar lo que perdí hace tiempo como un viejo baúl de cuero descascarado lo encontrás en aquel rincón entre otras porquerías (chatarras que la gente tira…) me encontrás y me levantás me mirás y me gusta lo abrís y me gusta entre papeles, moho, pulóveres en desuso monedas que ya perdieron su valor zapatos rotos de charol debajo allí estoy polvorienta y desalmada.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

plástico cien por ciento resistente

Hay veces que prefiero ser y verme vacía, como un maniquí. Un duro plástico que resista los diferentes golpes que por descuido reciba. Bonita, perfecta, fría, que soporte las bajas temperaturas sin inconvenientes, como observo en las tiendas de ropa al pasar por allí algún día frío y lluvioso. En las vidrieras quedan desnudos por falta de tiempo de vestirlos nuevamente para exponer alguna nueva prenda en venta. Pero aquellos rostros, relucientes! pareciera que el frío no llegase a atravesar el vidrio que los separa del exterior. . Y si alguna vez aparecés, y si alguna vez aparecés volver a sentir, mientras tanto quiero ser un maniquí. Cien por ciento de buena calidad.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Thelma

Sentada en el umbral de su casa junto a su gata negra, su fiel compañera; ambas contemplando la estrellada noche que las ilumina con una tenue luz blanca, proyectando las tantas sombras que observa encontrándoles formas tenebrosas. A pesar de sus sombrías visiones, la noche está calma, una suave brisa fresca choca su lánguido cuerpo, acariciándolo, haciéndola sentir que está viva.

Luego de algunos minutos, Thelma llega a entender que aquellas sombras a las que le teme solo forman parte de su alma. Son aquellos fantasmas internos que desde hace meses se instalaron en su corazón.

La noche es hermosa.

Las estrellas se asemejan a cristales que brillan en aquella infinidad que acompaña a la muchacha. Embelesa sus sentidos contemplado la nada... y el todo… mientras toma un yogurt de vainilla.

Piensa, piensa mucho como de costumbre. Piensa como continuará su vida.

Pero esta vez elige no volar, no soñar, evita ser atrapada por aquellas fantasías que sólo llegan a existir en su mundo de ilusiones, bastante feliz, por cierto, muy distinto a su mundo real.. Solo piensa.

lunes, 12 de octubre de 2009

“Yo estaba maravillada. Su sexo colgante, huidizo, húmedo sobre mi muslo. Me prohibí adorar su verga. Cuánta historia, diría una prostituta. Sí,. Cuánta historia.”

.

.

.

.

Violettte Leduc

martes, 29 de septiembre de 2009

viernes, 29 de mayo de 2009

Su corazón se pudrió hace tiempo, lo dejó abandonado entre fotos viejas e hilos de seda.

Aquella pelirroja

de botas de cuero brillante y corte carré

desde niña soñaba con vestir minifaldas coloradas de cuero

y en su adolescencia, su sueño abandonó sus fantasías

para formar parte de sus días

Trabaja en el prostíbulo de la calle 23 de New York City

Y ahora pretende enamorarse

Pero su corazón ya se pudrió hace tiempo

Y enamorarse de aquella, no lo creo

Está bastante deteriorada y nadie la toma en serio

Es la puta del barrio, la más barata, fuma todo el día y su piel está opaca y grisácea como el humo del cigarrillo.

Infortunada pelirroja, no todos gozamos de una vida bella…

lunes, 11 de mayo de 2009

el maletero

El maletero de uniforme azul acerca mi equipaje hasta el borde del andén donde se encuentra el tren próximo a salir. Mi destino es Nueva York. Me encuentro en la estación de Nueva Jersey. Esta ciudad es adorable. Pero quiero conocer NY. Caminar por sus calles repletas de luces de neón, fotografiar los carteles publicitarios que invaden la ciudad. El maletero de uniforme azul, me mira raro. Levanto mi mirada. Quiero incomodarlo. Me intimida. El tren está por salir. Son las 8:15 pm. Me siento junto a la ventanilla de la butaca del segundo vagón. El tren parte rumbo a Nueva York. Bruscamente un flash de colores entorpece mi visión. Observo a través del vidrio empañado al cargador que sigue con su mirada, a la mía. Gustará de mi? . Yo si de él

domingo, 11 de enero de 2009

Algunas veces me siento tan feliz Algunas veces me siento tan triste Algunas veces me siento tan feliz Pero la mayoría de las veces me vuelves loca

sábado, 10 de enero de 2009

Fal-se

Me agota el hecho de mostrarme auténtica. Prefiero fingir amor, antes que sentirlo, prefiero poseer un corazón de latón, antes que sentir amor. Es que me agota el hecho de mostrarme auténtica. No se que decir, ni que hacer, ni a quien creer, ni a quien querer. Es que me agotó el hecho de mostrarme auténtica. Quién es auténtico, no lo se. Entonces prefiero refugiarme en la frivolidad de las palabras sin sentido, antes que actuar con sentido y sintiendo lo que digo. Tener un corazón que funcione a baterías e ilumine todo el día.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Sólo no quiero ir sola

Vamos al parque a mirar la luna, me dijo.

Dale si.

Y a comer palomitas de maíz.

No, le dije, prefiero comer un chori choripán!

Pero a mi no me gusta el choripán, me dijo, lo sabés..

Probalo, no podés hablar sin haberlo probado. Me encantaría que te gustase, sería todo tan diferente entre nos.. Podríamos, por ejemplo, ir al parque a mirar la luna, andar en bicicleta, correr desnudas, sólo correr desnudas por la playa en vacaciones…pero siempre querés que comamos lo que vos querés.

Sé que sería todo muy diferente, pero me niego a degustar su sabor. Me quedo con las palomitas de maíz de-fi-ni-ti-va-men-te, sin vuelta atrás. Si no voy al parque a mirar la luna y comer, mientras, palomita de maíz con vos…, ya invité a Merlina, sé que a ella si le gustan, y estoy esperando a que conteste mi msj. Me da lo mismo con quien voy, sólo no quiero ir sola.

martes, 16 de diciembre de 2008

Artefacto de iluminación

La electricidad corre por mis venas. Mis venas se electrifican, parecen ser tubos de neón entrecruzados. La luz se percibe tenue por sobre mi piel. Mis venas se transformaron en tubos de neón rojo vibrante y azul eléctrico que se entremezclan y crean variedades de tonalidades violetas. Recorren todo mi cuerpo hasta llegar a mi corazón. Mi corazón es de latón. Me convertí en un artefacto de iluminación. Ya no siento, solo ilumino.

Me venden por Mercado libre. De carácter escultórico, innovadora, ideal para ambientes excéntricos y modernos. De alto potencial de luminancia. Lo último en el rubro de iluminación. Cómprenme!

Ya no siento, sólo ilumino.

jueves, 27 de noviembre de 2008

No recuerdo su nombre

Su melena parece ser agitada por el viento, como la de una infalible rockera de los años 80. Usa minifaldas rojas de charol, y trabaja en un pequeño burdel que se encuentra entre las calles de Manhattan, oculto, casi invisible, al lado del Chelsea hotel.

Sentada sobre un viejo sillón de cuero, con un cigarrillo entre sus dedos, el humo forma figuras en el aire hasta llegar a perderse entre sus revoltosos cabellos. Allí espera, con su mirada perdida que desprende una mezcla de sensualidad y melancolía.

Estuve con ella hace un par de semanas, pero no recuerdo su nombre.. (y es lo que menos me importa).Lo que si recuerdo es que es muy buena en la cama...el placer que provoca aquella pelirroja es exorbitante. Es como volar desnudo entre gotitas frescas de lluvia, en una tarde calurosa de Nueva York, pasando por el Central Park, sintiendo solo el aire húmedo.

.

Me contaron, que dejará su profesión para dedicarse a lo que realmente ama: 'cantar canciones de amor'

.

.

.

Tiene una bonita voz, por ahí tararea suave, melodías de John Lennon… A pesar de ello, no creo que llegue a recaudar tan buena cantidad de dinero como la que gana en aquella taberna, la más solicitada entre las prostitutas del local. Muchos de lo que frecuentamos visitarla hubiéramos preferido que no se dedicara a cantar canciones de amor, o por lo menos, que no abandonara su profesión por ello.

lunes, 17 de noviembre de 2008

ha-ppy

miércoles, 22 de octubre de 2008

Un grillo amarillo

Encontré un grillo amarillo sentado en una hoja amarilla. Estaba escuchando the velvet underground, pale blue eyes. Pasé por donde estaba sentado el grillo amarillo, debajo de un lapacho de flores amarillas. Me invitó a sentarme junto a él a fumar marihuana. Acepté su invitación.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Intenté averiguar el nombre del grillo amarillo, porque él no habla, solo canta, y canta pale blue eyes. Cerca de donde se encontraba, vi un papel tirado en el piso. Lo levanté y leí lo que llevaba escrito: mi nombre es Juan.

El grillo amarillo escribió su nombre mientras yo fumaba y escuchaba the velvet underground, porque el no habla, pero si canta y también sabe escribir.

El grillo amarillo se llama Juan.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Juan saltó hacia la copa de un lapacho de flores amarillas, estaba sentado en una de las ramas más altas del árbol. Yo pasaba por ahí. Me invitó a sentarme con él y me dijo:

- Volemos juntos

- Volemos juntos- le dije. Acepté su invitación.

Ella es Julia

Se aloja desde hace unos meses en el hotel Chelsea. El hotel, es un hervidero de artistas, drogas y rock and roll. Allí conoció a Andy Warhol, en una de las tantas fiestas que se realiza en el albergue.

Ella protagonizó algunos de sus videos; yo participé en las escenas que fueron filmadas en The Factory.

Nos encontramos una noche mientras deambulaba borracho por las calles de Nueva York. Fue cuando salí de Chelsea, después de tocar con mi banda, cuando conocí a Julia. Se hallaba como un mendigo sobre un pedazo de cartón, y en ese instante supe que ella era el amor de mi vida. Esa niña de botas de cuero brillante y corté carré, cambió el rumbo de mi miserable existencia.

Se veía tan tierna, su espalda descubierta pedía con ansias que me acercara a ella. Le di mi mano, ella levantó su mirada, sus ojos sollozaban. Le pregunté si algo le ocurría o en que podía ayudarla; me contestó que recién llegaba a NY, que sus padres eran una mierda, y que estaba sola. Mientras me hablaba miraba su boca, tan hermosos eran sus labios mientras articulaba cada palabra, pero contuve mis deseos de besarla.

La levanté y le dije que podría acompañarla a un hotel bastante agradable que se encontraba a pocas cuadras de allí. Ella aceptó. Mientras caminábamos pude acariciar su espalda. Hacía tiempo que no sentía lo que en esos momentos Julía producía en mí, tocó sorpresivamente aquello que estuvo escondido entre tela de arañas por años, o quizás por siempre.

Llegamos a Chelsea, le agradó el lugar. Como contaba con poco dinero, le ofrecí algo del mio asi pudiera hospedarse unos días allí hasta que resolviera que iba a hacer de su vida en esta ciudad, extraña para ella. Lo aceptó con una sonrisa, tímida; estaba bastante callada, pero de su mirada, múltiples sensaciones y palabras fluían por sí solas, algunas por cierto, inexplicables.

Cuando me dirigí hacia la puerta del hotel, me llamó vacilante preguntándome si querría acompañarla esa noche en el albergue.

Aquella mujer cambió el rumbo de mi puta existencia, y lo peor (o mejor, quizás) fue que a pesar de las ganas tremendas que tuve que guardar dentro de mi conciencia, de mis sueños, y por debajo de mis pantalones para otro momento; a pesar de la abstinencia que viví esa noche en la cama de aquel hotel acostado a su lado, con su espalda descubierta, acurrucada como una niñita con deseos de cariño, a pesar..., me gustó compartir esa noche junto a ella. Asi fue. Me convirtió en un verdadero tarado. Nunca antes me acosté con una mujer sin cogerla. Nunca antes me sentí bien sin coger, sin drogarme o emborracharme (o si aquello ocurrió, no lo recuerdo), mi mundo giraba en torno a ello, además de la música, mi único amor hasta esa noche en que conocí a Julia... entre medio de luces parpadeantes y pedazos de cartones viejos

miércoles, 15 de octubre de 2008

Mi primer amor: Felipe

Ese chico con la cara llena de granos,

Gafas negras de marco grueso,

Frenillos en su dentadura torcida

Ese chico me enamoró.

El tenía 12 años

Y yo 9.

Yo era la niña mas linda de la escuela

Él era mi vecino de al lado.

Todas las siestas iba a casa a buscarme para ir a jugar

Yo salía contenta.

Primero me ponía coqueta

Algún vestido de esos con flores me gustaba lucir.

Él me decía que le excitaba como me sentaban los vestidos.

Y a mí me gustaba excitarlo.

Yo no sabia que significaba esa palabra

Pero el me explicó como se sentía estar excitado

Me decía que su pajarito se ponía contento al ver mi vestido que mostraba mis pechuguitas salir del escote (ya desde niña tenía pechos prominentes).

Y a mi me gustaba alegrar a su pajarito.

Por eso me gustaba excitarlo.

Solíamos andar en bicicleta por el parque

Y luego cuando anochecía volvíamos a casa.

Él, muy caballero y galán, me acompañaba a la mía

Y antes de entrar me pedía que acaricie a su pajarito (Felipe se llamaba)

Felipe era muy tímido, por eso se escondía debajo de su pantalón.

Entonces, antes de entrar a casa, acariciaba a Felipe.

Pero un día mi mamá nos vio, y se enfureció.

Llamó a la mamá de mi chico y le dijo que su hijo era un degenerado, un depravado sexual.

Yo no entendía nada.

Después de ese episodio nunca más volví a andar en bicicleta con mi vecinito, mi primer amor, mi único amor, nunca más acaricié a Felipe.

Cuando crecí, y mis pechos crecieron y mis vellos también crecieron, me di cuenta que mi vecino fue un tremendo mentiroso.

Lo que hay debajo del pantalón de un niño no es un pajarito.

Lo pude comprobar con mis propias manos, con mis propios ojos, con mi propio cuerpo y con mi propia boca.

Me engañó, jugó con mi inocencia de niña buena.

Abusó de mí, fue un degenerado, un depravado sexual. Mi mamá estaba en lo cierto

Pero no me arrepiento de haber acariciado a su “pajarito Felipe”, como a él le gustaba llamarlo. No me arrepiento.

Yo también me excitaba (con razón mi bombachita siempre terminaba mojada después de acariciarlo).